jueves, 30 de octubre de 2008

La felicidad como meta

Hoy me he propuesto ser FELIZ..... No es que me haya vuelto loco ni he entrado en una secta, sólo me he dado cuenta de que podemos llegar a esperar cosas que creemos que nos harán más felices pero intentando serlo con lo que ahora tengo. La felicidad no es otra cosa que un estado pasajero, como la mayoría de los estados de ánimo de nuestra existencia. El Dalai Lama, cuenta en su libro los siete pasos hacia el amor que hasta la ira es un estado transitorio de ánimo. Así, cuando estemos enfadados debemos pensar que esto es solo un momento, que la ira no nos dominará el resto de nuestra vida. Si sólo pensamos en ello, estaremos creando un bucle sin fin que solo nos hace sentir más rabia e ira por lo que en ese momento nos la crea, pero si creemos firmemente, y nos lo repetimos, que este estado pasará en un rato y que volveremos a estar como antes, ese estado puede transcurrir en menos tiempo y dominar menos nuestra mente. Me parece una buena táctica para llegar a la felicidad transitoria. Es decir, que si pensamos que debemos ser felices y disfrutar de lo que tenemos, aún pensando que cuando consigamos lo que queremos seremos aún más felices, podremos tener ese estado de forma momentánea pero en constante renovación, por lo que se crea un bucle positivo en permanente renovación que nos lleva sin más remedio a ser felices siempre.
Tenemos que estar felices de las situaciones personales que tengamos en este momento, de tener trabajo cuando otros no lo tienen, de vivir en un mundo civilizado cuando otros no pueden, de estar vivos cuando otros no lo están, de tener a alguien cuando otros no lo tienen, de tener algo cuando otros no pueden conseguirlo y hasta de ser quienes somos cuando algunos ni se dan cuenta de su propia existencia.
Cuando realizamos actos en pro de los demás, como ayudar a alguien que nos necesita sin esperar nada a cambio, estamos presenciando un posible estado de ánimos que puede denominarse felicidad. La filosofía tibetana cree en la reencarnación infinita, sin principio ni fin. Por eso piensan que la forma más fácil de ayudar a los otros es pensar que quizás en otra vida ellos nos ayudaron a nosotros, que incluso pueden haber sido nuestros padres e hijos en otra vida. Nos enseñan a amar a las personas de forma incondicional, por encima de etiquetas sociales, pensando solo en la figura de la persona y no en su fondo, aplicable también a animales, ya que la reencarnación no entiende de especies. Cuando hacemos mal a alguien o algo, pensemos que podremos estar haciéndoselo a alguien en otra vida nos pudo salvar la vida, o quizás fue nuestro hijo o padre o madre. No hagamos de este mundo un lugar de crueldad gratuita, aprendamos a hacer el fin sin pensar en consecuencias, solo el bien por el bien.
Pensemos que podemos ser felices disfrutar de nuestro momento, que solo es nuestro y de nadie más y nunca más volverá. Podremos tener muchos momentos en nuestras vidas pero nunca serán los mismos, porque lo que pasa nunca más vuelve atrás. Podremos disfrutar de una situación parecida cuando tenemos 20 años, 2 días 4 horas y 2 segundos y otro cuando tenemos 20 años, 6 meses, 15 días, 2 horas y 50 segundos, pero nunca serán iguales, porque no podremos recuperar el primer momento nunca más.
En una conversación con alguien muy especial (va por tí daddy) sobre el tiempo, me exponía la idea de que lo único realmente eterno que siempre ha estado ahí es el tiempo, el tiempo siempre ha pasado desde el primer momento de la existencia. Pero tengo que rebatir que el tiempo no existe, nosotros le hemos puesto nombre a eso que no sabemos denominar con nada más ¿qué es el tiempo? La sucesión de las cosas se mide en tiempo, pero ¿es eso el tiempo? Le hemos puesto medida ¿pero tiene medida? La vida pasa y la medimos en tiempo, pero lo que pasa nunca vuelve y si en este momento no somos felices, no podremos volver a recuperarlo, pasó sin darnos cuenta y no podremos cambiarlo.
Existen numerosos manuales en auge y que tanto gustan a los americanos sobre cómo ser felices, qué hacer para ser felices, cómo alcanzar la felicidad, pero no son más que publicaciones con ánimo de lucro (y mucho) que no hacen más que enriquecer al que lo escribe(que será un poco más feliz cuando vea los ceros de su cuenta) pero que dejan un vacío dentro de los lectores ofuscados, que ven como tienen un sus manos una guía útil que los lleva hacia el estado más ansiado del mundo, pero que son incapaces de llevar a cabo. No busquen la felicidad en los libros, la felicidad está ahí fuera, en sus casas, en la calle, en su trabajo, hasta en su interior. Sorprendámonos de cada instante de la vida, aprovechemos al máximo cada segundo de nuestro paso por este mundo, alucinemos con un atardecer, de un paseo romántico, de la forma de una nube, del vuelo de una mosca, hasta de las cosas malas que podamos encontrar.
Lleguemos a ser felices cada instante y adoremos lo que vivimos porque quizás ya no lo tengamos más.
¿Podemos tener un estado de constante felicidad?

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